Tengo una relación muy tóxica con este juego...

A veces me dan ganas de gritarle al encargado que pensó que era buena idea quitar 2 cargadores a la escopeta incendiaria. Pero luego no puedo dejar de jugar cuando añaden una base espacial. A veces quiero desinstalar el juego cuando nerfean las armas y me convierten en una bolsa de boxeo para los autómatas... o cómo olvidar el famoso evento de Meridia, donde era un sinfín de bichos cayendo por los aires, como si fueran halcones cazando ratones (obviamente, los ratones éramos los Helldivers). Tanto fue así que tuvieron que nerfear el nivel más difícil para solucionarlo.

Pero luego, de repente, te cruzas con jugadores tan testarudos como tú, que aunque enfrenten las mismas adversidades, siguen luchando a tu lado como si fueras su hermano de toda la vida. Algunos incluso se sacrifican por ti (aunque también hay quienes te matan de la forma mas absurda posible como si fueran el hermano tonto de la familia... igual se los quiere).

¿Cómo no amar este juego si después de ganar dos premios bien merecidos, meten una actualización y, sin que te des cuenta, ya hay un nuevo enemigo al que puedes ir a saludar con toda la diplomacia que tu rifle Liberador AR-23 pueda ofrecer? ¿Cómo no quererlo si, cuando hacen su primera colaboración, te hacen gastar 2000 monedas, pero luego, justo cuando estaba por escribir esta reseña de la forma mas negativa volcando toda mi ira, regalan otra armadura con sus armas respectivas?

Podría seguir así por un rato, pero creo que ya he dejado clara la idea.

Mi relación tóxica con este juego es que, por más que se equivoquen, algo hay en él que me hace quererlo igualmente. El hecho de que los desarrolladores cometan errores y luego los solucionen, regalándonos algún que otro detalle, demuestra que realmente se preocupan por la comunidad. Y eso, señores, es la razón por la que amo este juego. Porque no quieren sacar tu dinero ni venderte un producto sin alma. Lo que quieren es que nos divirtamos, y es ahí donde reside el alma del juego. Es ahí donde está el corazón de los desarrolladores y de los jugadores.

¡Y ahí está, definitivamente, Helldivers 2!

Tengo una relación muy tóxica con este juego... y eso me hace amarlo.

Tengo una relación muy tóxica con este juego... A veces me dan ganas de gritarle al encargado que pensó que era buena idea quitar 2 cargadores a la escopeta incendiaria. Pero luego no puedo dejar de jugar cuando añaden una base espacial. A veces quiero desinstalar el juego cuando nerfean las armas y me convierten en una bolsa de boxeo para los autómatas... o cómo olvidar el famoso evento de Meridia, donde era un sinfín de bichos cayendo por los aires, como si fueran halcones cazando ratones (obviamente, los ratones éramos los Helldivers). Tanto fue así que tuvieron que nerfear el nivel más difícil para solucionarlo. Pero luego, de repente, te cruzas con jugadores tan testarudos como tú, que aunque enfrenten las mismas adversidades, siguen luchando a tu lado como si fueras su hermano de toda la vida. Algunos incluso se sacrifican por ti (aunque también hay quienes te matan de la forma mas absurda posible como si fueran el hermano tonto de la familia... igual se los quiere). ¿Cómo no amar este juego si después de ganar dos premios bien merecidos, meten una actualización y, sin que te des cuenta, ya hay un nuevo enemigo al que puedes ir a saludar con toda la diplomacia que tu rifle Liberador AR-23 pueda ofrecer? ¿Cómo no quererlo si, cuando hacen su primera colaboración, te hacen gastar 2000 monedas, pero luego, justo cuando estaba por escribir esta reseña de la forma mas negativa volcando toda mi ira, regalan otra armadura con sus armas respectivas? Podría seguir así por un rato, pero creo que ya he dejado clara la idea. Mi relación tóxica con este juego es que, por más que se equivoquen, algo hay en él que me hace quererlo igualmente. El hecho de que los desarrolladores cometan errores y luego los solucionen, regalándonos algún que otro detalle, demuestra que realmente se preocupan por la comunidad. Y eso, señores, es la razón por la que amo este juego. Porque no quieren sacar tu dinero ni venderte un producto sin alma. Lo que quieren es que nos divirtamos, y es ahí donde reside el alma del juego. Es ahí donde está el corazón de los desarrolladores y de los jugadores. ¡Y ahí está, definitivamente, Helldivers 2! Tengo una relación muy tóxica con este juego... y eso me hace amarlo.